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Las nuevas Líneas Fundamentales del Programa de Defensa Nacional de Japón han hecho sonar la alarma en China y contribuido a deteriorar las ya delicadas relaciones mutuas. En el Programa, Japón considera a Corea del Norte y la República Popular China como sus principales preocupaciones en materia de seguridad. El autor argumenta que aunque Japón debería mantener una alianza equilibrada con EEUU, también debería tratar de impulsar una política de engagement con la República Popular China que podría ser más fructífera y, desde luego menos desestabilizadora que la de contención y balancing que parece poder diseñarse en caso contrario.