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Un tema relevante en la campaña de las elecciones legislativas portuguesas del 27 de septiembre de 2009, ha sido el de la conveniencia de abandonar la construcción de las infraestructuras ferroviarias de alta velocidad con España. El resultado electoral y los temas de la campaña deben entenderse en un contexto más complejo que incluye dos factores esenciales: (1) la crisis de liderazgo que arrastra el centro-derecha portugués desde la dimisión como primer ministro de José Manuel Durão Barroso, y (2) el deterioro dramático de la imagen de España en Portugal a partir de 2008 como consecuencia de la crisis económica.