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Este comentario examina la crisis económica en Argentina en 2014 recurriendo a los errores en política económica pasados y las soluciones implementadas, como por ejemplo el bloque de cuentas bancarias y la devaluación del peso. El autor argumenta que estas medidas no han sido sostenibles y propone que el Ministerio de Economía argentino reconozca los datos macroeconómicos reales y se desdiga de los procedimientos de expropiación como primer paso para recuperar la confianza de los mercados.