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Este comentario examina el impacto de la fragmentación del sistema político español en la capacidad de España para defender sus intereses en el Parlamento Europeo. La autora afirma que España ha podido defender sus intereses nacionales en este ámbito gracias a su fuerte presencia en los principales grupos parlamentarios. En ese sentido, considera el efecto de la pérdida de votantes del PP y el PSOE en las próximas elecciones al Parlamento Europeo y su impacto en la influencia de la delegación española. La autora concluye que la pérdida combinada de sus escaños probablemente no reducirá drásticamente la cuota de poder de España.