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Este artículo discute las implicancias de la firma del tratado de creación de la Unión Económica Eurasiática (UEEA) entre Kazajstán, Bielarús y Rusia en mayo del 2014. El autor sostiene que este tratado marca un claro paso hacia adelante en el proyecto del Kremlin de reintegrar el espacio postsoviético en torno a Moscú. Sin embargo, sostiene que tras la intervención rusa en Ucrania, Kazajstán y Bielarús temen una Rusia revisionista que cuestione las fronteras actuales apelando a la unidad de la nación rusa. El autor destaca también las principales dudas existentes sobre el atractivo y la viabilidad económicos de la UEEA.