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Este trabajo se concentra en tres problemas de las instituciones representativas ecuatorianas. El primero trata de la debilidad del sistema electoral y la dificultad de formar mayorías que puedan dar apoyo al presidente desde el congreso. El segundo trata de la ausencia de un sistema donde los partidos tengan electorados leales y responsables en todo el país. El tercero trata del conflicto entre el ejecutivo y el congreso. El trabajo presenta las crisis de gobernabilidad, caracterizadas por la difícil combinación del presidencialismo con el multipartidismo, que se dieron en Ecuador durante el período 1978-2006.